Que fuerte...

Estando en el salon del piso de estudiantes en que vivo, mirando el fotolog, suena el timbre de casa. Cuando habro me encuentro con una tia de unos 30 bastante pija y un maromo que parecia un poco mayor que dicen ser los propietarios del 1ºc.
Recientemente tuvimos problemas con las inquilinas de ese piso, que se dedican a tirar a la basura toda la ropa, sabanas y demas que cae de los tendales de arriba a su fabulosa terraza. Eligieron un mal dia para tirar una colcha mia (que por cierto me molaba la hostia) obteniendo como resultado su fabulosa terraza llena de arena con mierda y orines de gato... supuse que podria aprovechar su afan por tirar cosas y hacer limpieza pa ahorrarme la bolsa de basura de ese dia.
Resulta que estos dos querian que bajara a limpiar lo que habia tirado, evidentemente les dije que ni de coña y explique lo que paso desde mi punto de vista, aunque me costo bastante porque les costaba escuchar a estos palurdos. La vision de la pija era que estaba totalmente justificado tirar las cosas de los demas a la basura si molestaban en tu terraza, en el momento en que dijo esto decidi obviarla y busquee un poco de logico en el palurdo mayor... ¿te parece normal que tienda a secar una colcha el jueves, descubra el viernes que se callo (los fines de semana el edificio parece fantasma, no hay nadie) y cuando vaya el martes a buscarla me digan que la tiraron a la basura? No se que parte de la pregunta le molesto, pero en ese momento me dice que no se quien es y que tenga cuidado. Me rei.... me importa poco la historia del pobre infelizz.
Y es entonces cuando echa la mano a la espalda y saca un martillo. Mi cara blanca un poema supongo. Le digo que que es lo que pretende viniendo a mi casa con un martillo, el flipado me ignora y me dice que no se me ocurra hacer nada mas a las del 1º (Oo) que la proxima vez me cogera sola en el portal o en las escaleras y entonces si que me dara un buen susto. Momento en el que cierro de un portazo y me apoyo en la puerta con las piernas temblando. Empiezo a llorar sin querer y sigo flipando con lo surrealista de la situacion.
Asi que, un consejo... si alguna vez te tocan los cojones tocalos tu mas. A denunciar que me voy